martes, 18 de noviembre de 2008

En un habitáculo prefabricado

Tú, contra todo pronóstico, te fijaste en mí. Llegué al camerino y me encontré contigo, me senté a tu lado y estuvimos solos un buen rato. Al principio me sorprendió la situación..., la atracción que sentimos... no podía parar de mirarte a la boca y tú no parabas de decirme lo guapa que te parecía. Encendiste un porro y alguien desde fuera cerró la puerta, en ese momento te juro que pensé: estoy tan a gusto que no quiero que venga nadie a molestarnos. Ojalá nos hubieramos quedado solos todo el tiempo... A los 10 minutos de hablar contigo, ya no podía más...sentí deseos de morderte la boca, de jugar con tu lengua, de chupar cada centímetro de tu cuerpo, de llevarte a casa y revolcarme contigo entre las sábanas todo el fin de semana...Me hubiera encantado largarme de allí contigo, pasar de todo y dejarme llevar por la atracción, por el impulso que despertaste en mí... pero sobre todo me hubiera encantado tenerte amarrado a mi cama por lo menos hasta el lunes. Te habría echado los polvos más salvajes de tu vida, te lo aseguro... pero no fue así. Por el contrario actué como una auténtica señorita y lo hice tan bien, que mantuve las composturas en todo momento. Me sorprendió lo capaz de soy de disimular y hasta creo que llegaste a pensar que no me gustaste.
Espero no verte más, no podría controlarme otra vez. Ya me he hecho como tres pajas pensando en tu boca.
Al menos hoy estoy pletórica, hacía tiempo que no me sentía así. Mi autoestima ha subido de 3 a 10 sólo con pasar unas horas contigo...



Gracias guapo



("Cambio de idea". Mi fracaso personal.Astrud, 1999).

No hay comentarios: