domingo, 23 de noviembre de 2008

Te echo de menos

Nunca olvidaré cuando mi madre decidió regalar mi gato y tú te pasaste la noche sentada en una silla junto a mi cama consolándome. Cada vez que me despertaba llorando, tú estabas a mi lado para cogerme la mano, darme un vaso de agua fría o una tila... Nunca lo voy a olvidar. Tampoco voy a olvidar tus sorpresas, el cuarto rosa, las golosinas en el aparador de la cocina (bolitas de chocolate y nubes), tus boquerones en vinagre, tus canelones, tus desayunos en el sur, tu sonrisa, nuestros discos de la novicia voladora y rocío durcal, las siestas a tu lado, los gusanitos que me traías y que me comía viendo los diminutos, los coditos de pan con jamón, tu consuelo en mi adolescencia rebelde, tus despedidas desde la ventana, tus disfraces, el pañuelo que me arreglaste a modo de peluca de pelo largo, las tardes en tu cocina, nuestras conversaciones íntimas.. Me encantaba ir contigo a comprar por el barrio: la ventita de Doña Elvira y estrenar el jamón, pasar por la tienda de Doña Dita, el kiosko de Doña Rosa, comprar mermelada de sabores variados( de esas pequeñitas)...
Te echo tanto en falta. Cada día pienso en tus manos y visualizo en mi cabeza que las sujeto entre las mías, imagino que me recuesto en tu pecho y que luego te abrazo... y me quedo así un buen rato...puedo llegar a sentirte casi como antes.
Nunca pensé que te fueras así, tan derrepente... han pasado ya casi dos años y parece que fue ayer, qué raro es el tiempo a veces...parece que fue ayer. Algunas veces me reconforta pensar que estarás esperándome en la habitación de hotel que salía en el libro que me regalaste... tu libro es uno de mis mayores tesoros (creo que lo sabes) y llevaré toda la vida tu rosario en mi cartera .
Cómo te habría gustado mi casa nueva!...me habría encantado ver la puesta de sol desde la terraza cogiéndote la mano, viéndote sonreír y contagiarme de tu paz. Te habrías enamorado de Narua. Tenías razón cuando le dijiste a David que mi problema era que no te escuchaba y que siempre hacía lo que me daba la gana. Tenías razón, ojalá te hubiera escuchado . Cada día me quisiste más y cada día me alejé un poco más de . Tenía tanto miedo de perderte que me perdí muchos momentos a tu lado. No podía soportar el dolor de ver como te ibas desvaneciendo. Espero que me perdones por haber sido tan egoísta.
Tu amor ha sido tan intenso que todavía lo sigo sintiendo. Gracias por todo lo que me has enseñado. Siempre te querré con toda mi alma.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que bonito, ese amor lo viví contigo y sé que tu abuela está super orgullosa de ti, no cambies nunca. Te quiero mucho mi niña!!!